Buscando palabras

Buscando palabras

Busco palabras como otros el oro
para que me lleven a través de la niebla
y a lo largo de los abismos más oscuros.
Mi mente baila sobre el filo de una navaja
tratando de entender lo que siente mi corazón, 
señas y significados, voces y visiones:
las palabras me acercan a las verdades,
vencen los miedos y atrapan la realidad.

Una hilera de piedras preciosas,
los pensamientos, las palabras, las preguntas,
yo las elijo, las concuerdo, las defino;
ellas me enredan, me contradicen, me comprometen.
Leve como el aire y huidizo como el agua,
juegan conmigo a sentidos escondidos
hasta que suena una música 
que escuché tiempo antes de nacer.

Busco palabras para comprender, para tocar,
para captar el aroma de los gestos, de la risa, del llanto,
plasmar el aliento del amor y del miedo,
intuir la esencia de la hermosura,
de la tristeza, del dolor, de la esperanza,
para recomponer, una y otra vez, 
el ritmo cambiante de la vida.

Morir un poco para volver a vivir.

Camino de lengua hablada

Camino de lengua hablada

Se agigantan las olas en un mar embravecido,
nubes bajas ennegrecen las aguas espumosas
azotadas por el viento desde un horizonte invisible 
y en el medio de un bramido ensordecedor 
- un barco.

Dunas movedizas se deslizan como serpientes
bajo un sol implacable en un cielo despejado;
el calor hace temblar el aire y una arena fina, fina
arde en un silencio infinito que atraviesa  
- un camello.

Rocas escarpadas se abren en gargantas terribles,
barrancos abruptos con paredes verticales, glaciares relucientes
que forman valles y montañas bajo una niebla traicionera
donde el sigilo natural traspasa
- un montañero.

En un espacio inmensurable,
en un terreno sin explorar,
donde es fácil perderse en la nada,
confundir norte y sur, este con oeste, surge
- una palabra.

Más que un barco una flota 
más que un camello una caravana
más que un montañero una cordada
más que una palabra una lengua hablada.

Y por fin: 
un camino se abre
bajo mis pasos errantes.